Una oveja morada

«Qué fría eres».  No, mi estimado, no soy fría; es solo que en este punto de mi vida ya sé diferenciar entre quien me quiere para pasar un par de horas y quien ya imaginó una historia a mi lado.    No pienso gastar mi lado cursi y romántico en alguien que no lo merece. No me inspires a escribirte líneas que no merecen tenerte como musa, a menos que seas catarsis. Yo no pienso en el príncipe de cuento, el más tierno, el más correcto, el perfecto; solo pido alguien que sea honesto desde el principio, que no ande con rodeos y se presente tal como es, para tratarlo como merece. Ahórrame  el tiempo. Leer tu floro de siempre   y darte las mismas respuestas, ya me aburre. No solo te encuentras en juergas; estás en la Universidad, en una reunión, hasta en el lugar más santo. Y no eres tan difícil de descifrar, sé que tu algo tranqui como una invitación a ver películas en tu casa es un claro ejemplo -y el más usado- de un llamado a que suceda algo más, sé como ...

Cuando uno ve toda esa multitud haciendo tanto lío de manera simultánea, desde afuera; no entiende mucho o casi nada. Si no has estado dentro de ella, rodeado de miles de desconocidos, que en un momento de euforia gritan lo mismo que tú, te toman del hombro y saltan contigo mientras miran al frente, con un arco de por medio, al amor de su vida jugar: no sabes lo que es estar en la Trinchera Norte. Yo vivo enamorada de ese lugar, fue ahí donde aprendí a amar a Universitario con tanta vehemencia. Si bien, no comparto -pero respeto- la famosa ideología de la Trinchera, hay algo que llevamos en común: alentar y el amor por esa vocal hermosa. No iba desde la Noche Crema y después de pasear tres partidos entre Occidente y Oriente; debo aceptar que éstas últimas tienen una vista impecable a la cancha, pero la mía se desviaba por ratos a esa popular llena de gente, saltando y cantando a una sola voz; se veía demasiado hermosa y yo no estaba ahí. Ver la fiesta de Norte desde afuera, me...

Y después de varias noches de nostalgia, a la espera de que llegue quien decida quedarse a su lado por un largo tiempo en su vida, le bastó un ocaso tan bello para mirar los días con otros ojos. La vida le susurraba al alma un consejo para nunca olvidar: quedaban muchos recuerdos más bonitos por tener, y no necesariamente requerían compañía. Una manta de nubes de textura tan suave, casi como para acariciarlas y perderse soñando en ellas, y unos colores que tornaban a un anaranjado intenso, extendidos a lo largo de ese paisaje infinito; complementados a la perfección, llenaron su alma de paz. Después de una ardua tormenta de emociones que vivió, podía apreciar como se despejaba el cielo en un instante que la vida le regalaba, quizá y era su señal para saber que la calma había llegado por fin a ella. Tal vez su entrega, su lucha y su constancia como defensora de sus emociones, eran al fin recompensados con aquel bello momento. Despedía al sol y le daba la bienvenida a la lun...

Okey, ya sé que esta historia llegó a su final; pero aún estoy a tiempo de soltar unas palabritas sobre lo que pasó.  En mis pocos años de aficionada al deporte rey, jamás en mi vida había escuchado sobre un tal Lapadula, hasta que otro igual de desconocido lo nombró. Gracias a que Silvio Valencia, ahora merecido  ex-locutor de Radio Exitosa, se peleara con Johan Fano, reconocido jugador peruano, por defender al señor en cuestión. Me supongo que ya habrás visto un " ¡RESPÉTELO A LAPADULA! " por ahí en alguna de tus redes sociales. Y para que lo respetes, yo te vengo a contar quién es. Gianluca Lapadula , por si ni siquiera sabías su nombre, es un futbolista ítalo-peruano que juega en la Segunda División de Italia por el Pescara y al parecer, hace poco recibió una llamada del técnico Gareca para que juegue por la bicolor. ¿Por qué? Simple, está teniendo una buena racha futbolística justo cuando Perú lucha las Eliminatorias Rusia 2018. ¡Oh, coincidencia! Tomando en cue...

Vengo para hablar sin opresión a mi libertad de opinión. Vengo a intentar que las personas tengan nuevas perspectivas sobre lo que pasa en este mundo tan diverso, a hacer que muevan las neuronas: razonen un poquito. Vengo a informar, decir lo que pienso, creo, siento y me nace; todo escrito bajo mi pilar fundamental: la honestidad. Vengo a que la gente me lea, luego me dé la contra o me apoye; en ambas, soy feliz. Vengo a que me odien o me amen, porque sé cómo es este mundo virtual y soy consciente de que mis palabras no siempre saben dulces en los labios de quienes las leen y si algún día me equivoco, admitir mi error. Vengo a crear caos en Internet: soy Rayza y bienvenidos sean todos a mi blog .