¡No me agredas, CUÍDAME!

El partido contra los pavos, deja al hincha repitiendo dos videos una y otra vez: el gol del Charapa y el ataque –sin razón alguna, ocasionado por policías y ternas- que presenciamos todos los que fuimos a Norte. Para los que desconocen, hay que dejar en claro que la popular es un ambiente que recibe a personas con diferentes puntos de vista, ideas, creencias, valores y entornos sociales; que lo único en común que llevan es ir a ver al equipo de sus amores y alentar en el proceso, por tanto NO TODOS SOMOS DELINCUENTES.

Vistes armadura verde, llevas un escudo y en la mano una macana; yo solo llevo una U en el pecho y mi arma es mi garganta. Sacaste una ley para -según tú- parar la delincuencia, cuando lo único que hiciste fue llevarte nuestra fiesta. Crees que la violencia la generamos nosotros, cuando la realidad es que tú la comienzas.

Me prohíbes entrar con polera, te hago caso y en cada encuentro, la cambio por casaca. Cuando llego, dices organizarme, pero paso horas en una hilera de humanos, formados uno tras otro, sin dirección definida, empujando y corriendo en ocasiones, al que se quiera colar, al que esté adelante.

Ni sabes qué prohíbes, ni conoces tu ley. Contra los de Alianza, te discutí la insensatez de restringir mi ingreso por llevar una cartera, te reclamé que no figuraba entre los objetos indebidos, que no cometía delito. Algunos las dejaban, yo seguía ahí parada, en una reja amarilla, mientras a cuatro les reclamaba. Me dijeron que era orden de un superior, pedí el nombre y nunca me lo dieron. Seguían empecinados y ni de esa imagen que el Club siempre comparte, estaban enterados. Una señorita, intentó timarme, diciendo que era orden de la Conmebol, una risa se me escapó y reservé mi opinión. No están informados, solo uniformados, son un grupo de puros improvisados.

Otro clásico, otra demostración, de que ya no me cuidas y que confundes tu profesión. Ya no llevo instrumentos, ya no llevo banderas, empieza la fiesta cuando canta la Trinchera. Quisiste invadir, en medio, sin explicación. Agrediendo a aquel hincha que se cruzaba en tu camino e impedía tu misión. ¿Qué te molesta? ¿Cuál es tu frustración? Solo somos muchachos, alentando al Campeón. Aplicaste la violencia sin importar condición, edad, género, todo era un gran show, ¿qué querías acaso, llamar la atención?

Arrollaste el espectáculo, sembraste el temor. Solo veía hinchas que salían de la popular, arrastrados, cargados, jalados, como un bulto sin importancia y en tu rostro el rencor. No te importaron las familias y les quitaste la respiración, con gas pimienta o lacrimógeno, te creíste superior, cuando lo único que matabas era el respeto y destruías tu honor. 

La prensa se confabuló contigo, te salvó la espalda y no se pronunció, pero hay hinchas con videos que registraron tu provocación, tu agresión, tus actos sin razón. No somos delincuentes, tenemos educación. Te amparas de una ley, que funciona a tu favor y por ella abusas de tu posición. Que se unan todas las voces, que se mueva la gente, que canten las tribunas de Norte, Sur, Oriente y Occidente: ya para con tu abuso, no somos delincuentes.


Iniciativa: Luizhit (Fuente: Página Sentimiento Colosal)












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